El gobierno federal, bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum, ha anunciado una estrategia para ampliar el dominio del Estado y las Fuerzas Armadas sobre la infraestructura aeroportuaria del país. Esta política busca consolidar una gestión estatal de los aeródromos y promover su desarrollo con subsidios e incentivos públicos.
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✈️ Qué implica la expansión
El plan incluye mayores inversiones para revitalizar aeropuertos regionales poco utilizados, apoyándolos con subsidios en tarifas de aterrizaje, estacionamiento y equipaje.
Se fomentará la participación de aerolíneas comerciales mediante incentivos operativos, aprovechando casos de éxito como el Aeropuerto Internacional de Tulum, operado por el Ejército.
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🏛️ El rol militar en la gestión aeroportuaria
La estrategia continúa la política de su predecesor, que delegó progresivamente la administración de terminales civiles a la Secretaría de Seguridad Naval y al Ejército, a través de empresas estatales.
Actualmente, cerca de 19 aeropuertos están operados por militares, incluyendo el AICM (Ciudad de México) y el AIFA, así como otros de importancia estratégica como los de Palenque, Uruapan, Matamoros, Loreto, Guaymas, Ciudad del Carmen, entre otros.
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🌐 Objetivos declarados
Mejorar la conectividad aérea nacional y abrir nuevas rutas comerciales y turísticas en zonas que han sido históricamente poco atendidas por el sector privado.
Garantizar una operación aeroportuaria eficiente con enfoque en seguridad, sostenibilidad y rentabilidad social, incluso en regiones donde las terminales no rentan sin apoyo público.
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AirGuide
⚠️ Desafíos y críticas
Organismos de la aviación privada han expresado preocupación por la militarización progresiva del sector, alertando sobre posibles deficiencias operativas, falta de transparencia y obstáculos para la aviación general y privada.
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Se cuestiona si la presencia militar en funciones de administración y servicios logísticos puede afectar la competitividad y la imagen del sistema aeroportuario nacional.