El torneo de Wimbledon ha dado un paso histórico al eliminar por completo la figura de los jueces de línea y reemplazarlos con un sistema de llamadas electrónicas automáticas, conocido como Hawk‑Eye Live. Por primera vez en sus 147 ediciones, el certamen más tradicional del tenis adopta una tecnología que transforma no solo la precisión del juego, sino también su atmósfera característica.
🎾 Tecnología en la Catedral del tenis
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El nuevo sistema utiliza cámaras de alta velocidad que detectan la ubicación exacta de la pelota en tiempo real y emiten una voz automática que grita “out” o “fault”.
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Esta voz ha sido grabada con acento británico para conservar la identidad del torneo, pero ha reemplazado por completo la presencia humana a los costados de la pista.
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El cambio fue implementado en todas las canchas, incluido el emblemático Centro Court, donde se notó un ambiente más silencioso y mecánico.
🧭 Reacciones y polémicas
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Durante un partido de cuartos de final, un error operativo desconectó temporalmente el sistema por más de 7 minutos, provocando confusión entre jugadoras y público.
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Tenistas como Emma Raducanu y Jack Draper expresaron reservas, señalando que la falta de jueces humanos elimina parte de la tensión emocional y teatral que caracteriza a Wimbledon.
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Algunos espectadores coincidieron en que el torneo ha perdido parte de su “alma”, aunque reconocieron la mejora en la precisión de las decisiones arbitrales.
👥 ¿Qué pasó con los jueces de línea?
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Cerca de 300 jueces de línea fueron desplazados por la automatización. No obstante, unos 80 de ellos fueron reasignados a funciones de supervisión, logística y apoyo de cancha.
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Wimbledon afirmó que el cambio no representó un recorte de personal, sino una evolución natural hacia la modernización del deporte.